Actualmente estamos en una era de globalización gracias a los flujos migratorios y a las nuevas tecnologías que nos permiten acercarnos de distintas maneras a lugares, momentos o medios de todo tipo.
Esta globalización favorece a la sociedad y a los mercados puesto que permite un flujo y una distribución mucho más amplia que años atrás, aunque para ello requerimos de ciertos mecanismos para poder llevar a cabo ciertas acciones.
Si una empresa quiere abrirse a nuevos horizontes debe estudiar el mercado, valorar las consecuencias y las ventajas de dicha expansión, comprender los costes que requiere, entre otros. Además, un factor muy importante que se debe tener en cuenta es la lengua o idioma del lugar o zona en el cual queremos instalar nuestros servicios o productos.
Para poder encajar en otros mercados debemos, por tanto, contemplar el tema de la lengua y para ello requeriremos los servicios de un traductor profesional que se encargue precisamente de trasladar en la lengua pertinente los aspectos más destacados de nuestra empresa –principalmente los que se refieren a la unidad corporativa y a los emplazamientos publicitarios así como los servicios que proporciona la compañía– con tal de que el mercado pueda comprender y entender qué se ofrece.