Músicas del mundo a la montaña
El entorno es esencial en los festivales veraniegos. Lo está en «l’Empordà«, pero quien se estime más el aire del alta montaña tiene una cita al norte de Huesca, en Sellent de Gállego y Lanuza, suyos del Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur. Lanuza, situado en el valle del Tena y cerca de la estación de esquí de Formigal, quedó sumergido después de la construcción de un pantano el 1976. Sólo se salvaron cuatro casas, y el último habitante del pueblo marchó el 1978.
Este entorno es el que va se encontrar Luis Calvo cuando el 1992 decidió poner en marcha un festival dedicado en las músicas del mundo. En vez de aprovechar la tierra firme, Calvo tuvo la audacia de montar el escenario principal al agua, a partir de una estructura metálica de 25 metros de longitud por 18 de anchura que descansa sobre una base de bidones. 21 años después, el auditorio flotante de Lanuza es el disparo diferencial de un festival que también ha contribuido a dinamizar la población.
Desde los años 90 se ha llevado a cabo una reconstrucción de las viviendas y hoy incluso hay un hostal. El montaje de la parte superior del escenario empieza cuatro semanas antes del inicio de los conciertos, a pesar de que este año ha habido más trabajo porque se ha restaurado la infraestructura, que también ha habido que adaptar al nivel de agua del pantano, especialmente alto debido a las nevadas del invierno.
Contents
De Juan Perro a Manu Chao
Otra singularidad del festival es la confección de la programación artística, que cada año sigue un hilo conceptual. En esta edición es En busca del sur , una idea que da sentido a un cartel formado por artistas como por ejemplo Juan Perro, Manu Chao, Julieta Venegas, Emir Kusturica, Souad Massi, Bebe, Kamel El Harrachi, Javier Ruibal y Amadou & Mariam.
Las actuaciones al pantano de Lanuza se concentran los fines de semana, viernes y sábado, pero la actividad del festival continúa de domingo a jueves con conciertos gratuitos en Sellent de Gállego.
La programación queda cerrada en marzo, pero mucho antes, hacia octubre del año anterior, el equipo que dirige Luis Calvo ya ha decidido cuál será el leitmotiv del festival. Esta manera de funcionar no ha cambiado en dos décadas y al fin y al cabo ha consolidado Pirineos Sur como un acontecimiento fundamental para entender la evolución de las llamadas músicas del mundo.